Regresan otra vez los bellos días /
de ceñir garvinetas y pañuelos /
como antaño lo hicieran Jirimías, /

Jeromín, Cascariscos... los abuelos /
que ya cumplieron toda su condena /
y habitan en las pérgolas del Cielo. /

Y un año más la duda me cercena, /
pese a todo, la recia nervadura /
de danzante…

ATABAL