Las barrancas de Burujón, o Cárcavas de Castrejón, constituyen uno de los parajes más bellos y sorprendentes de la provincia de Toledo.
Quienes andamos ya un poco metidos en años, recordamos la peculiar voz de Félix Rodríguez de la Fuente que utilizaba con frecuencia este vocablo.
(-El Halcón Peregrino sobrevuela la cárcava…)
Se trata de imponentes moles arcillosas esculpidas caprichosamente por la erosión fluvial y aérea sobre sedimentos, en este caso de 25 millones de años de edad, lustro arriba o abajo.
Las barrancas de Burujón se encuentran en el término municipal de la localidad toledana del mismo nombre, situada a unos 30 quilómetros de la capital provincial. Dominan y limitan, por el norte, el pantano de Castrejón que embalsa aguas del Tajo y que añade belleza a este singular paisaje, al par que lo convierte en refugio de numerosas aves. Cigüeñas, cormoranes, garzas, ánades, martinetes… Pero, además, este entorno de monte mediterráneo constituye un apropiado hábitat para algunas especies seriamente amenazadas, como el halcón peregrino, el buitre negro, el cernícalo, el búho real y el águila imperial ibérica entre otras.
Abunda en estas laderas la vegetación mediterránea. El tomillo, el romero, la retama, el enebro y la efedra hunden en las arcillas sus raíces ralentizando la erosión.
Abajo, en la ribera, encuentran su lugar los tarayes, carrizos, eneas, sauces etc… que conforman el típico ecosistema de humedal.
Todo esto, y lo sorpresivo que resulta hallarlo aquí, hace que merezca la pena, sin duda, darse un paseo por la “Senda ecológica de las Barrancas”, dotada de varios miradores desde donde podremos disfrutar el magnífico paisaje dominado por el “Pico del Cambrón”.
A ello vamos.