Partiremos de la urbanización de Cinco
Casas. Siguiendo el camino que la cruza, en dirección E,
(hacia Puerto Lápice),
nada más terminar las casas, a nuestra derecha, sale perpendicularmente
un carrilillo por el que comenzamos a caminar hacia el S. A pocos
metros encontramos las señales y la cadena que impiden el
paso a vehículos automóviles. Seguimos. El camino
es cómodo, discurre paralelo al arroyo Garganta y gana altura
con mucha suavidad.
Tras recorrer aproximadamente 2 Km. confluye
a él, por la
derecha, una amplia pista forestal. Unos pasos más y cruzamos
un cortafuegos que sube abruptamente por la ladera de nuestra izquierda.
A partir de este punto, el camino se hace algo
más duro y habremos de
afrontar una larga cuesta con diversos grados de inclinación
(poquet a poquet). Cuando la coronamos, en el collado que da vista
por nuestra derecha a la cumbre del Chupadero (1139 m.) encontramos
un cortafuegos que habremos de tomar hacia la izquierda.
También nos topamos, cómo no, con
una valla metálica. Mucho podríamos escribir sobre esta abominable
aportación humana a los paisajes y más sobre las dudosas causas
que motivan su abundante e indeseable presencia, pero de momento vamos a limitarnos
a dejarla de lado (derecho). Tras unos 150 metros de ascensión
por el cortafuegos veremos, ya muy cerca, la cumbre inconfundible
de Manciporra y su alta plaza al lado sur.
El cómodo sendero sigue el trazado del
cortafuegos y bordea el roquedal cimero por el norte.
Para acceder a la cumbre hay que
abandonar el camino y tomar una pequeña senda que sale a
nuestra derecha justo cuando la vía principal hace una curva
a la izquierda y comienza descender. La senda, poco definida, nos
lleva hacia las rocas de la cumbre.
No hay dificultad para acceder
a ella.
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